miércoles, 21 de noviembre de 2012

Formateando el Sistema

 


Vivimos en una sociedad que se adhiere a lo cuantitativo, no a lo cualitativo. Es importante saber exactamente el número de alumnos por aula, el gasto que supone nuestra mera presencia en unas instalaciones que sobreviven forzosamente año tras año, si adquirimos altos niveles de rendimiento o si justificamos positivamente el futuro de esta o aquella carrera. En resumen, somos bajo la mirada inquisidora de este gobierno,  un tópico "asimoviano". Nos van construyendo en un mundo donde prima la maquinaria versátil, donde el universo sólo se constituye de poleas y engranajes en continua evolución articulando todo un entramado de fórmulas económicas y leyes infinitas encajonadas en gráficos incomprensibles. Pertenecemos a esa ingeniería del poder, la cual nos programa para saber exactamente a lo que queremos ambicionar y más aún, soñar. Así en nuestro presente, Pitágoras tan sólo es apreciado por su hipotenusa y a Nietzsche por su anatomía moral del "super hombre". Pero, ¿sabe alguien que Pitágoras fundamentó su numerología en el terreno de lo espiritual hasta tal punto que rallaba lo fanático? o ¿tiene conciencia algunos de estos ingenieros que el filósofo alemán en realidad era un pensador anti-político y que su defensa del individualismo estaba relacionado al hombre en sí y no al gobernante? No, no creo que nuestros hacedores sepan nada de estos datos porque son simples anomalías cuánticas dentro de lo que realmente interesa, lo exacto, lo verosímil, la justificación de que el que construye sabe lo que se hace. Pero si a quiénes sabes estas "curiosidades", y somos presamente nosotros, los Humanistas, los Historiadores.

  Hoy en los talleres educativos, las lenguas denominadas "muertas" van desapareciendo porque ya no necesitamos de ahondar en unos orígenes que tienen demasiado de humanos. Mientras, campos como las letras van "muriendo", ni latín ni griego ¿qué será lo próximo? ¿Nosotros? Estamos programados para quedarnos anquilosados en las aulas, sin nada más a lo que ambicionar. ¿El Humanismo está agonizando?  Puede, pero al menos el día que muramos que en nuestras lápidas graben a fuego RIP en preciosas letras latinas. 
 

Firmad el Manifiesto en defensa a las lenguas clásicas. Formateemos el Sistema.  

http://www.estudiosclasicos.org/firma-el-manifiesto-en-defensa-de-las-lenguas-clasicas/ 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Olvidar el Futuro


Esta mañana. al borde de mi primer café del día y con mi mente aún divagando entre la marea somnolienta de Morfeo, me he sorprendido al leer una noticia donde mi pueblo -que no ciudad-, ha demandado a su propio Museo Etnológico ante la negativa de éste de abandonar dicho local, para que se reutilice como un monstruoso outlet donde los empresarios de turno, abran sus fauces para rescatar o "rematar" la ya moribunda economía eldense. Y de esta guisa, he comenzado a imaginar un futuro apocalíptico donde los niños jugarán en enormes y frías fábricas situadas en polígonos industriales, en adolescentes memorizando la vida y obra de proveedores con rostros marcados por la cocaína, en universitarios investigando la datación por troquelado y los compuestos de la cola al punto de fisión. En un pueblo -que no ciudad-, donde olvidan, y los recuerdos son meras alucinaciones de locos que amasan restos de un pasado que a nadie le importa. Y es que señores míos, los íberos no lucían elegantes zapatos para sus festividades al comienzo del verano, ni los romanos portaban exultantes bolsos en sus largos recorridos hacía Ilici por no hablar del mal gusto que ofrecía al vestir el alfarero cuando los mercaderes griegos visitaban su horno. No, eso no está bien, por eso a este pueblo -que no ciudad- le interesa más rebuscar en un presente harto deplorable y agonizante que intenta pintar de color azul lo que ya está barnizado de puro negro. 

Sí, yo soy de esas ilusas que aún observan el pasado de forma optimista, de esas que escuchan a su maestro con la clarividencia del arqueólogo y la sabiduría del historiador, con la alegría de conocerme a mi misma a través de mis antecesores a pesar de que mi pueblo -que no ciudad-, anteponga un trozo de piel sintética a un hombre que pertenece a la memoria histórica de este país y que fue un amigable vecino de mis padres, además de un gran artista (Pedrito Rico). 

Sí, soy optimista en cuanto al pasado, pero el futuro... el futuro ya es otra cuestión, éste es un futuro que anda vagabundeando con botines altos y bolsitos de diseño por las aceras de un pueblo -que no ciudad-, donde se considera que la memoria es un acto incívico y antiestético, donde personas como yo desean poder escapar algún día de esta pesadilla de corbatas y maletines, de sueldos fantasmas y de artesanos tratados como esclavos. 

Prefiero, de este modo, ahondar en mi propio pasado y olvidar el futuro aunque haya quienes me lo quieran recordar continuamente. 

  

 

  
     

lunes, 30 de julio de 2012

http://www.youtube.com/watch?v=HydS4J5YYWw

Este enlace lleva a ver una película-documental emitido por TV2 que cuenta la evolución del ser humano desde la prehistoria. Sin embargo, no es verídico al 100 % dado que nuevas investigaciones y hallazgos hacen que los investigadores y estudiantes nos replanteemos qué sucedió realmente.

jueves, 26 de julio de 2012

Ser Humanista...



Ser Humanista requiere amar cada ínfimo gesto que el hombre, a lo largo de toda su existencia, ha expresado. Amar sus primeros pasos hacía un horizonte plagado de nuevos caminos, amar su ingenua mirada fija en el inconmensurable cielo estrellado y susurrar con el dulce candor de un recién nacido, las primeras sílabas de oración hacía los dioses primigenios. Y amar sus manos, que truncaron los misterios de la naturaleza y alzaron ciclópeas estructuras y manipularon el rebelde río y la caprichosa tierra... Amar sus pensamientos y dudas, sus miedos y esperanzas, amar su violencia, su paz y toda su existencia. 

Ser Humanista significa lanzarse a la búsqueda de un enigma que aún hoy es difícil de resolver, la incógnita del hombre y su papel en el universo. Es una ardua senda, complicada de recorrer, donde las mentes infinitas de cientos de hombres alzan sus voces con la ilusa esperanza de que nosotros, humanistas en tiempos de cólera (siglo XXI), prosigamos con sus fugaces destinos. En memoria de todas estas personas que un día pregonaron el melancólico verso de lo inusitado, nos hemos reunido un grupo de peregrinos humanistas que buscan las huellas de aquellos que nos predecieron. Una humilde romería de jóvenes curiosos que, unidos por los caprichosos hados, vamos recorriendo paso a paso, los recuerdos que ha ido abandonando la Humanidad a lo largo del tiempo. Tal vez no lleguemos jamás al entendimiento y nunca apreciemos las sutiles fuerzas de las que se inspiraron los eternos genios, pero el amor..., el amor prevalece y ese es el único objetivo que hay en nuestro camino.

Bienvenidos a nuestra vía.